Tuesday, March 03, 2009

Escrito de un amigo, el final y el principio de este gran viaje... conclusion...

Amigos, comparto con ustedes un fragmento que alguna vez empece a escribir, y la semana pasada me dieron ganas de terminar. Es cortito, y explaya mas o menos el viaje, la vuelta y la vida aca. Cosas mas, cosas menos, los dejo con el texto. Salut!
Escrito por Nicolas Herreras - sleiptner 85@hotmail.com


Del cual me siento bien identificado.


"Hecho de menos cada rinconcito de los miles de kilómetros recorridos. Cada experiencia se afirma en mi memoria. Memoria viva, porque todos los días me hace una invitación a pensar, que siempre acepto gustoso.
Fue difícil irse. Pero más difícil es volver. Uno retorna y muchas caras conocidas se revelan expectantes de cuestiones que, para el que vuelve, son de poca urgencia. Cuántas personas me preguntaron lo que yo quería que me pregunten? Pocas. Cuántas personas ahondaron acerca de cuánto gasté en el viaje, de qué pienso trabajar ahora, cómo voy a hacer con la facu, cuándo me voy a comprar un celular? La mayoría. Entiendo que el estilo de vida moderno desdibuja las cuestiones esenciales de la vida y nos mantiene calladitos, imperturbables, solos. Millones de personas que se cruzan y no se ven. No se hablan. Mucho menos, se escuchan. Conectados a la pc, al mp3, al celular, desconectados entre sí. Tanta fuerza dormida…

Caminar mirando al piso es un mal hábito, típico de ciudad. Hay quienes miran al suelo porque tienen vergüenza de ver a los ojos de gente “mejor” vestida. Otros miran el suelo para caminar más rápido. Otros para ver si encuentran la moneda que les esquiva hace tiempo. Pasa en la gran ciudad y pasa en el barrio. La gente no se saluda, se tiene miedo. Los perros no son mascotas, son seguridad privada. Y el prójimo es una amenaza.

A veces pienso que necesito un traductor. Perdí gran parte del idioma de ciudad, y cada día que pasa me convenzo más de que tengo un ligero problemita a la hora de transmitir mis ideas.
Cómo hacerle entender a la gente que no soy un ¨desocupado¨? Si me pagaran por cada minuto que paso pensando en la alternativa (por lo menos para mi) a esta sociedad presa, que tiene a sus ciudadanos como promotores full time del sistema que regenera cada día su progresivo ocaso…
Probé una forma de vida diferente y me gustó. Caminé descalzo mucho tiempo, y la tierra me acarició los pies. En alguna oportunidad, estando acostado, la misma tierra me convidó algo de su sabiduría. Tuve el placer de absorber su aroma, sentir el aire fresquito que emana, embarrarme de pies a cabeza y sentir que ella vive. Que no es mera infraestructura al servicio del hombre. Que siente, que duele. Que sufre cuando la tratamos como un producto descartable. Esa es la Tierra, Madre Tierra, dulce vientre de todo lo que nos alimenta y acompaña nuestra evolución.

Hecho de menos el viaje, no por los lugares que conocí, sino por la mística que lo envuelve. A cada lugar al que llegamos encontramos personas que nos adoptaron y nos enseñaron que existe la hermandad entre los hombres. Que las fronteras no existen más que para separar, que el amor se extiende sin importar color, raza, nacionalidad o cualquier clasificación que hayamos inventado.

Extraño toda esa gente ¨rara¨ que en esta ciudad no encontró lugar. Por cuidar la naturaleza, por creer en la energía, en la vida espiritual, por confiar en el de al lado, por querer que su vida no se transforme en servidumbre a cambio de supervivencia. Qué linda gente. Pero también es linda la gente que en la ciudad busca su espacio, la gente que me rodea. Porque buscan encontrarle la vuelta a esta rutina que a muchos idiotiza, pero a ellos activa. Porque los enciende, les da sed de justicia. Porque no miran al costado cuando algo no está bien. Esa gente también me gusta.

Extraño a Bolivia, con sus hermosas personas que a veces tienen miedo de volver a confiar en el forastero, pero que no tardan en brindarse por completo. Extraño Colombia, que dentro de tanta violencia no guarda su sonrisa, su alegría, su solidaridad.

Extraño los rituales de apertura y sanación espiritual que probamos alguna vez…
Aquella montaña con cara de hombre, esos arroyos que llevan harta agua bajo los puentes, la profundidad del lago Titi Kaka, la armonia del hombre con la naturaleza en las terrazas de cultivo, el respeto que infunden los volcanes, la lluvia que limpia, el mar caribe que hipnotiza con su transparencia. La cordillera erguida como la columna vertebral de América del Sur que nos acompañó hasta el último lugarcito que conocimos.

Pienso en todos los paisajes y se me infla el pecho… La belleza natural, lo admirable de las construcciones Incas en Cusco y al rededores. Imponentes ciudades, legendarias, enclavadas en lo más alto, cerquita del Sol, Tata Inti.

Qué lindo fue aprender sobre Mama Killia y sus influencias, sobre la carga de las palabras y los colores, sobre el amor incondicional. De auras y cascadas, de aromas y tejidos, de amores y amistades, de la fuerza espíritual, del fuego, el agua y la luz, de duendes y hadas, de siembras y peces, cosechas y pescados, de pescadores curtidos por el sol y la sal del agua de mar.
Y todo este conjunto es sólo el comienzo, el punto de partida de un viaje cósmico e infinito… Bienvenidos aquellos que quieran participar. "

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